Nuestro rostro sufre cambios en el acomodo y distribución de sus componentes a medida que envejecemos. El tiempo deja huellas que podemos disimular con un buen estilo de vida que incluya alimentación sana, ejercicio y un cuidado adecuado de nuestra piel. Dentro de este último apartado puedes solicitar mayores informes con el especialista certificado de tu confianza.
Son numerosos los tratamientos que se ofrecen para el cuidado de nuestra piel facial y cada uno de ellos tiene un objetivo específico. NO EXISTE un tratamiento capaz de abordar todos los problemas de nuestra piel. Así tenemos el caso de la aplicación del Btx® que se emplea para disminuir el número y profundidad de las arrugas o pliegues secundarios al movimiento de nuestros músculos (expresión facial / gesticulación); el PRP que nos ofrece mayor brillo y tersura así como suavidad para nuestra piel; los rellenos faciales que voluminizan las áreas donde son aplicados; nuestra propia grasa que aparte de dar volumen mejora la calidad de nuestra piel; los despigmentantes contribuyen en la eliminación o atenuación de manchas; entre otros.
En otro de nuestros BLOGS comentamos lo relacionado al aumento de volumen facial con la aplicación de rellenos en nuestro rostro. Los implantes ayudan al mismo propósito de una manera DEFINITIVA en comparación con los primeros que sólo representan una opción temporal por la absorción y/o redistribución del compuesto en el organismo.
Los implantes que se emplean para su colocación en cara están diseñados para mejorar el contorno de áreas tales como nariz, pómulos, mentón y mandíbula. Para ello es necesario llevar a cabo un procedimiento bajo anestesia local y/o general y garantizar así su óptimo posicionamiento dentro de nuestros tejidos.
Dichos implantes son considerados dispositivos médicos y para que puedan ser empleados para el consumo humano deben de pasar por pruebas estrictas de calidad que garantizan la ausencia de daño tras su colocación. El material que los compone es el silicón que combina solidez y flexibilidad que ayudan a adaptarse mejor a las superficies sobre las cuales se posicionan sin perder nunca su forma.
Dentro de las VENTAJAS de los implantes faciales se encuentran la predictibilidad de los resultados ya que el silicón no sufre reabsorción como la grasa o los rellenos; además de ofrecer un resultado definitivo ya que una vez que el proceso inflamatorio cede, los cambios obtenidos son de por vida.
Las pacientes constantemente nos preguntan: ¿Cuánto me va a durar el implante? ¿Hay necesidad de cambiarlo? Si es así, ¿cada cuánto tiempo debe de hacerse?
Aprovechamos para ofrecerte la respuesta a estas interrogantes:
– Los implantes faciales están diseñados para permanecer en el organismo por años. De hecho, los pacientes que están conformes con el resultado obtenido y que no tienen problema alguno secundario a la presencia del implante (irritación, exposición, deformación, etc.) pueden quedarse con él por el resto de su vida. La gran mayoría de los pacientes con implantes faciales cuando solicitan la cirugía lo hacen por razones estéticas (cambio de tamaño, retiro por inconformidad estética en ese momento) más que por alteraciones secundarias a la presencia del implante.
– No existe ninguna necesidad de cambio si el paciente queda conforme con su resultado. Puede considerarse así que el implante es un dispositivo que puede durar en su posición el resto de la vida de la persona.
Te sugerimos que si deseas realizarte un procedimiento estético relacionado a la colocación de implantes en cara te informes bien y acudas con especialistas CERTIFICADOS para aumentar las posibilidades de éxito y de conformidad con los resultados obtenidos, no sin antes considerar la calidad y seguridad de tu cirugía.
Quedamos a tus órdenes para mayores dudas o aclaraciones. Con gusto te informamos. Pide tu cita con nuestro equipo de profesionales.