El cáncer es una enfermedad muy desgastante desde varios puntos de vista: corporal orgánico, psicológico, económico, social, etc. y en sentido estricto NO ES UNA ENFERMEDAD INDIVIDUAL, es un padecimiento familiar y también social, ya que no solamente los pacientes sufren, también lo hacen todas aquéllas personas que se encuentran en íntima relación con ellos.
El cáncer de mama es un padecimiento CURABLE y CONTROLABLE si es detectado a tiempo. Las secuelas que dejan los tratamientos como quimioterapia, radioterapia y cirugía pueden ser incapacitantes, discapacitantes e incluso mutilantes. Una vez que la paciente toma la decisión de someterse a uno o varias de estas opciones está clara su intención de aspirar a una curación que en muchas ocasiones se logra siempre y cuando se trate de un cáncer sin extensiones o crecimientos a distancia, comportamiento biológico no agresivo, el cuerpo esté en condiciones de tolerar los efectos de los tratamientos, se sigan las indicaciones y cuidados prescritos por nuestros médicos especialistas y la paciente tenga la firme convicción de tratarse y cuente con el apoyo emocional, económico y social que necesita.
Como subespecialistas en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva nos corresponde el apartado de reconstruir a las pacientes que han pasado por tratamientos mutilantes, como la cirugía, para devolverle a la silueta femenina el contorno alterado por la ausencia de la glándula mamaria.
El objetivo del tratamiento es proveerle a la paciente una prominencia que simule una glándula mamaria auténtica mediante el empleo de sus propios tejidos con/sin dispositivos médicos adicionales tales como los implantes y/o expansores mamarios.
Dentro de las actuales opciones de reconstrucción mamaria, citamos las más comúnmente realizadas:
TRAM: Es un tipo de reconstrucción de los más empleados en los hospitales de nuestro país y actualmente está siendo reemplazado por técnicas más innovadoras y menos mórbidas. Consiste en una reconstrucción con los propios tejidos de la paciente usando el colgajo transverso de músculo recto abdominal. Se indica en pacientes con abdómenes con suficiente cantidad de piel y grasa en la parte inferior para que puedan producir un abultamiento de buen tamaño para simular una mama. Adicional a la reconstrucción, contribuye a una mejor estética abdominal al eliminar el excedente de tejido no estéticamente deseable. No se recomienda en pacientes con cirugías abdominales previas, con insuficiente cantidad de tejido abdominal y aquéllas pacientes con una marcada predisposición a trombosis.
DIEP: Emplea los propios tejidos de la paciente y a diferencia del TRAM, no requiere del riego sanguíneo de los músculos del abdomen, por lo que no requiere de movilizar las estructuras musculares abdominales evitando así la debilidad de pared a la que pudiera contribuir un procedimiento tipo TRAM. Es un colgajo que depende de la arteria perforante epigástrica inferior profunda y para su realización se requieren habilidades en los procedimientos microquirúrgicos, por lo que es una opción que sólo un profesional especializado y certificado en reconstrucción está capacitado para realizar. Es un procedimiento que consume una mayor cantidad de tiempo y recursos por lo que no representa una opción muy económicamente accesible, sin embargo su morbilidad es mucho menor al TRAM y con un protocolo de estudio adecuado estaría indicado para una amplia gama de pacientes.
Otros colgajos de perforantes: Poseen las mismas ventajas del colgajo DIEP, también dependen de las arterias perforantes muy ubicuas en toda la economía corporal y puede disponerse de muchas áreas del cuerpo para la toma de tejido necesario en la reconstrucción. Se necesitan habilidades especializadas en reconstrucción de tejidos así como un protocolo de estudio estricto para aumentar las posibilidades de éxito en su realización.
Colgajo de músculo dorsal ancho: Mediante el empleo del músculo dorsal ancho (uno de los músculos de la parte alta de la espalda) junto a la zona de piel que lo cubre se puede simular un abultamiento mamario. En este procedimiento es necesario el empleo de dispositivos médicos adicionales tales como implante / expansor para proveer el volumen suficiente para que el abultamiento sea lo más real en volumen, contorno y simetría en relación a la mama del otro lado, ya que el músculo, por sí mismo, aporta un volumen limitado. Es un tipo de reconstrucción muy seguro cuyos resultados son bastante predecibles. Tiene la desventaja de requerir el dispositivo médico adicional, lo que podría impactar en su costo en los casos que no cuenten con el apoyo económico necesario para su realización.
Colocación de implante / expansor: Actualmente representa una opción que se emplea de forma combinada con otros tipos de reconstrucción mamaria. En muy raras ocasiones cuando luego del procedimiento de retiro de la glándula mamaria queda algo de tejido que pueda contener estos dispositivos médicos, se pueden colocar con la intención de aumentar paulatinamente el volumen al paso de las semanas hasta llegar al tamaño deseado, generalmente tomando como modelo a la mama contraria. El costo dependerá del tipo de reconstrucción con el cual se combine.
Infiltración de grasa: Se toma grasa de la propia paciente mediante un procedimiento de liposucción y se inyecta en las áreas donde se pretende aumentar el volumen y mejorar el contorno de los tejidos mediante el aumento de volumen. Tiene la ventaja de emplear los propios tejidos de la paciente. Actualmente es un procedimiento que se combina con otros procedimientos para mejorar los resultados estéticos y funcionales.
Otras opciones: Representan diversas combinaciones de los métodos previamente enumerados y que van evolucionando conforme avanza la tecnología y las técnicas reconstructivas.
Con gusto nos ponemos a tus órdenes para orientarte y darte mayor información al respecto. Recuerda que nuestra PRIORIDAD es la CALIDAD y SEGURIDAD del trabajo que realizamos. Nos encanta tener a nuestras pacientes SANAS y FELICES.
¡ Te esperamos !